De los esquemas
a los nudos borromeos.
(Una aproximación a la topología para abordar de la
psicosis)
Recorrido hasta el objeto (a)
Hay un extenso y denso recorrido teórico de Lacan para abordar el tema de la psicosis. Buscó recursos gráficos y topológicos que se inician con el Esquema (L) y concluyen con la formulación de los nudos borromeos.
Parte inicialmente de una dialéctica
entre el Sujeto y el Otro, donde este último tiene todo el poder y es el
garante del Sujeto:
…el Otro del significante es controlado
por el Otro de
Observa y así lo hará notar que no es suficiente ese Otro, añadiendo que hay un resto, objeto (a), plus de gozar que escapa al significante. Este (a) no es un elemento del Otro. Estamos ante la axiomática del goce.
Así, el Otro se organiza en torno a un goce[1], goce éste que se aloja en el Otro pero es externo a él (ex-timo). El Otro tendrá un falta central y es allí donde Lacan sitúa al S(/A) el significante de la falta en el Otro. Es el goce como significante.
Entonces observamos que hace un recorrido desde el deseo (en relación al Otro) hasta el goce tan particularmente autista: la palabra ya no estaría dirigida al Otro para comunicarse, sino como vehículo del Goce.
Recordemos que en el Estadio del Espejo asistíamos a la unificación del
cuerpo gracias a las imágenes: Lo Imaginario prima sobre lo Real [i(a)]
La imagen le unifica, es la imagen
de sí. De esta primera imagen del cuerpo surge el Yo que da sentido a las
pulsiones parciales hasta ahora anárquicas.
Esta imagen necesita de la presencia del Otro (imagen ideal). El Yo Ideal
del niño al confrontarse con el Deseo-de-la-Madre se identificará con la imagen
investida desde el exterior y formará el Ideal del Yo. El simbolismo de esta relación
hace que el sujeto se estructure narcisísticamente para poder ser amado.
Cuando hay falla en la identificación anterior el cuerpo, ello se vivirá
como dislocado, desunido, fuente de malestar… hecho presente en ciertas
psicosis.
El sujeto queda cautivado en esa imagen como falo imaginario (-φ), imagen completa, asexuada que solo
ofrece narcisismo, autoerotismo. Se necesita que algo rompa esa imagen fruto de
la relación imaginaria.
Si el falo imaginario suplía la falta, el objeto (a) marca la falta en el Otro [Significante S(/A)
El objeto (a) es producto
perdido, generador de falta. Si el Sujeto está en falta [
Por ello decimos que el cuerpo sexuado es el cuerpo separado de algo suyo [objeto
(a)] lo que le hará marchar en una
búsqueda infinita, inútil, pero necesaria. Y es que gracias a este objeto (a)
se logra separar cuerpo y goce, limitando su
anarquía (goce del Otro). El sujeto solo gozará de algo (goce fálico)
El significante fálico anuncia la falta de objeto. El mundo se ordena
separando el objeto (a) como desecho
de la acción significante.
Nudo borromeo (
Alrededor
del objeto (a) los tres aros y tres intersecciones que
constituyen al sujeto
-
(JA)
como goce mítico inaccesible al ser que habla.
-
(Jφ) como goce fálico.
- Sentido gozado.
El Esquema “L”
como función imaginaria del Yo y el discurso inconsciente.
Es un esquema referido a la palabra, al lenguaje
-
Lo
Simbólico es el campo del lenguaje. Tesoro de los significantes.
-
Lo
Imaginario es el cuerpo, como imagen del
cuerpo propio, tal que una superficie.
-
Lo Real,
aquello que siempre es problema. Lo no dicho, no representable en un modelo.
Tiene que ver con la exterioridad del
sujeto, fuera de la existencia de la
problemática del ser. Cuando a lo Real le ponemos palabras deja de serlo. No se
puede abarcar sin el recurso de sus dos compañeros I y S. Es el lugar del
goce, lo mortificante, tan presente en la psicosis.
En el esquema “L” podemos observar que entre el S y A hay una clara dependencia. A pesar de que el S parezca ajeno a esta dependencia, notará sus efectos en numerosas
ocasiones (formaciones sintomáticas). Destacamos que lo Real no está presente. En
aquella época para Lacan respondía a aquello que no habla, la repetición, lo que
siempre vuelve al mismo lugar.
Realmente no dice nada sobre la psicosis, aunque:
“Los fenómenos elementales, en especial la alucinación, su forma característica, muestran al sujeto completamente identificado con el yo con el cual habla.”[3]
Tanto el sujeto que habla como el
hablado, sujeto del enunciado y de la enunciación, son claramente presentes en
las neurosis. Pero como nos informa la clínica y su historia, el psicótico es
hablado en tercera persona.
Un esquema en definitiva que se
muestra insuficiente para explicar la psicosis.
Cuando trabajamos la psicosis la relacionamos con el fracaso de la función paterna y las repercusiones a nivel de ley simbólica que ello presupone.
Lacan en 1958 aborda la estructura
de la realidad en la neurosis y en la psicosis sirviéndose de dos esquemas
trabajados en la Cuestión Preliminar…[4]; se trata de los conocidos como
esquemas R e I. Veremos que la realidad tiene que ver con la intersección de lo I con lo S. El campo de la realidad está entre el I y el S. Esa realidad
que vamos construyendo día a día en la relación con los otros… todo un juego de
identificaciones que nos conducen a perdernos en otros yos. Será por ello que
le da la figura de una banda de Moebius, para indicar que somos lo mismo, que
tenemos la misma cara a pesar de lo que se supone. Cara y cruz de la misma
moneda.
Esquema”R”
- (M), función de la madre como Otro primordial.
- (I), es el ideal del Yo, primer sello
que el sujeto recibe del Otro. Es el ideal de
Yo. Ideal del niño… todo el juego edípico.
- (φ),
es la función fálica. Es el falo
imaginario que vendrá a regular la falta.
- (P)
es el Nombre del Padre. El Padre, cercano
al (A) funcionando como elemento
simbólico en el Otro. Esto provoca que el sujeto se ajuste a la ley. Por tanto
la realidad presenta para el sujeto ciertos límites, cosa que no ocurre en la
psicosis. El Padre produce cierto hecho de separación, de corte con la madre. Recordemos
que el Nombre-del-Padre sustituye al deseo de la madre: La metáfora paterna. Si esto no funciona, otra metáfora vendrá a
sustituirla: La metáfora delirante.
El Otro exige gozar, no hay límite.
- (mI),
identificación paterna, Ideal del Yo.
- El lugar de lo imaginario, lo narcisístico
está entre (i) y (m). Se refiere a la alienación propia del estadio
del espejo. La dependencia del otro. Esta alienación es terrible para el
sujeto: la paranoia… yo o no yo, uno de los dos sobras. La lucha de puro
prestigio de Hegel.
- (A) El Otro. Vemos que A y madre no están juntos. Ello
presupone que el Otro no tiene porqué limitarse a lo materno.
En él observamos al S, al gran Otro (A), los objetos en sus imágenes o en la identificación en mI o iM (respectivamente).
La parte rallada corresponde a
una banda de Moebius que conecta los tres registros poniendo a distancia lo Imaginario
de lo Simbólico.
Queda patente la teorización de
la función paterna que anuda los tres registros. Un triángulo Sim. Y
un cuadrángulo de la realidad, no de lo Real, MimI.
- Las parejas a-a’ y m-i hacen la
misma función que en el esquema “L”
-
(m) será el moi de las identificaciones narcisísticas.
-
(i) la imagen del semejante.
-
(a) objeto a y el objeto
imaginario (a’)
- La articulación entre los registros I y S se realiza gracias a las imágenes de identificación (Ideal del Yo, mI) y las imágenes de los objetos (a)
En el Esquema R la ley del padre está presente en esa realidad del sujeto: El esquema R, explica el funcionamiento de lo neurótico, como ocurre con el caso de la repetición, que más allá del azar tiene que ver con el deseo que insiste. Por el contrario el psicótico tiene la certeza, no hay duda, no hay conexión entre RSI porque lo simbólico se desprende y lo Imaginario irrumpe sobre lo Real.
Esquema I[5]
Donde antes en el esquema R
veíamos la (P), ahora ponemos la (I). En lugar de encontrar (P) en el Otro, encontramos el Ideal que
reemplaza al Padre en la estructura neurótica.
Veremos que ni (P) ni (Φ) se encuentran
de forma normal. Están invaginados, rodeados por un círculo y un subíndice (Po) y (Φo), hecho este que indica que están afuncionales, que no operan.
Por ello, lo Imaginario y lo Simbólico quedan afectados hasta tal punto que
Lacan los denomina abismos (las flechas representan la desarticulación de los
mismos)
Los ejes propios de la hipérbola vienen a indicar que la realidad no tiene
límites (hecho reflejado en el delirio).
Para que algo de realidad se constituya debe de haber algún elemento externo a todo esto. Lacan lo llama objeto (a) Este (a) queda excluido del campo de la realidad. Debe de haber un elemento fuera del conjunto que dé sentido el conjunto (paradoja de Russell).
Pero para que ello ocurra [el (a)] ha de haber funcionado el Padre, cosa que no ocurre en la psicosis. La cuestión está en cómo producir el (a) en esta estructura. Observamos que el padre no está en ese lugar Otro. La realidad en ella no está como en la neurosis. La metáfora paterna no funciona. El delirio será la metáfora alternativa.
El nudo Borromeo
Aun así era difícil explicar con los modelos anteriores las evoluciones del psicótico especialmente en su estabilidad y como es natural los brotes propios de la psicosis.
En 1971 en “…On Pire”[6]
introduce por vez primera el nudo borromeo como una nueva escritura que pueda
ser susceptible de abordar lo Real, escritura diferente a la de los
significantes (como el Complejo de Edipo)
En una de sus clases una señorita del público le acerca un papel con el escudo de armas de una familia que vivía en Ferrara, norte de Italia: Los Borromeo. Los tres redondeles representados simbolizan la unidad familiar.
La teoría de los nudos vino a
esclarecer teóricamente estos hechos. Los nudos
se desanudan, dan sensación de unidad cuando están sueltos. En cualquier
caso avisa sobre sus modelos teóricos:
“Sería
preferible, sin embargo, arrojar este esquema a la papelera, si debiera, al
modo de tantos otros, ayudar a cualquiera a olvidar en una imagen intuitiva el
análisis que la soporta”[7]
El Modelo Borromeo (1974 – 1976)
Hacia el final de su producción teórica, Lacan retoma la locura para profundizar en todo lo posible en sus límites. Nos encontramos en el seminario El Síntoma (1975–76). Se sirve de ello como paradigma de la figura de James Joyce (1882–1941) y de su compleja obra. No es la primera vez, antes[8]:
- 1958: “De una cuestión preliminar...",
Lacan parece tomar en cuenta la posibilidad de una suplencia a la forclusión
del Nombre del Padre: "Nadie
duda que la figura del Pr. Flechsig (...) no haya podido reemplazar el
vacio súbitamente apercibido de
- 1963: El 20 de
noviembre aborda el tema del
término Nombres-del-Padre dándole nuevas salidas.
- En 1972 introduce el nudo borromeo
en el seminario "Ou pire".
- En 1973 lo hace en el seminario "Encore"
- Los conocidos aros se asocian a I, S y
R en el seminario "Les Non dupes errent".
- En 1974–75 hace aparecer el Nombre-del-Padre o Sinthoma (cuarto elemento del nudo borromeo). A partir de ahora lo Imaginario será la inhibición, lo Simbólico como síntoma y lo Real como angustia.
Lectura del nudo
Borromeo 1
(S) Simbòlico es la cadena significante del lenguaje.
(I) Lo imaginario es el cuerpo en tanto que objeto de
representación. El Yo como superficie corporal.
(R) Lo Real, como imposibilidad de reducir todos los fenómenos inconscientes en las categorías I, S
Tiene algunas propiedades:
- - No hay jerarquía en los tres anillos.
- - Ahora, no como en el esquema R, los tres registros se hayan interrelacionados dos a dos.
- - Es suficiente cortar un anillo para que los otros tres queden libres.
- - Un fallo en el anudamiento equivale a pensar en un fallo en significante Nombre-del-Padre.
- - Los errores de anudamiento en la psicosis que daban apariencia de consistencia, nos evidencian la ficción y la necesidad de una suplencia.
- - No cambian las propiedades con la orientación. Tal es así que si les quitamos los colores serían indistinguibles.
- - Al final de su enseñanza ilustrará los tres aros como tres toros (topológicos) enlazadosdonde ninguno de los registros anula el agujero del otro
Para anudarse correctamente se debe respetar que:
-
Lo Imaginario ha de pasar por encima de lo Real
en dos puntos (I > R)
-
Lo Simbólico ha de hacerlo por encima de lo
Imaginario en dos puntos (S > I)
- Lo Real pasar por encima de lo Simbólico en dos puntos (R > S)
De esta manera se sostienen anudados, se mantienen seguros, sin posibilidad de desencadenamiento. Podemos observar que anuda los tres, solucionando el desanudamiento que llamamos forclusión.
Si observamos en la figura anterior (Borromeo 1), la posición de los tres nudos en el anudamiento inicial mantiene la consistencia, decimos que hace de cuarto nudo. De entrada parece la solución perfecta, pero digamos que no es la única. El nombre que Freud daba a este cuarto término era Complejo de Edipo.[9] Para Lacan, se trata del Nombre-del-Padre como canalizador del goce. Se da la nominación, se dice algo que da sentido al S(/A)
Recalca Lacan, que el Nombre-del-Padre no tiene el patrimonio exclusivo de
lo Simbólico.
Hay otra manera de hacerlo y es
con la presencia de un cuarto nudo que ligue a los tres (Borromeo 2). Este es
el denominado Nombre-del-Padre, garante de la normalidad.
Borromeo 2
En la siguiente figura observamos
otro tipo de restitución, que no es nada más que una entre muchas.
Borromeo 3
Fenómenos producidos por los errores en el anudamiento.
Dice Lacan, "Hay unos fallidos
del nudo como del inconsciente"
Observemos dónde y cómo localizar y subsanar los fallos.[10] Cuando los tres aros los encontramos separados es la locura común, el “todos débiles[11]
-
Si lo Imaginario prima sobre lo real en dos
puntos (I > R), la imagen del
cuerpo y el Yo se constituyen (el estadio del espejo). De no ser así, surgirá
la angustia como señal de alerta. Un error en el cruce de I con R produciría un
desprendimiento de lo Simbólico.
-
Si lo Real se sobrepone sobre lo Imaginario (R > I) nos encontramos ante el
fenómeno del doble (imagen corporal que viene de lo Real). Se trata del
desanudamiento del anillo de lo Simbólico que se paseará por todas partes,
incluso en lo Real: es el caso de las alucinaciones típicamente psicóticas y
fenómenos de “acting out”
Borromeo 4
Lo simbólico se desprende cuando no hay respuesta a la llamada del significante forcluído. Puede ocurrir por efecto de la carencia de la llamada metáfora paterna (caso citado de Joyce)
Más allá se evidencia que:
Si R, S e I se encuentran separados, disociados, no anudados, representarían la locura que podemos leer en “El Síntoma”.
El concepto de suplencia
La topología clínica pretende dar respuesta a ¿Cómo los modelos clínicos posibles de
reparación pueden dar cuenta del fracaso?
Estos modelos topológicos tienen su sentido si son
indicadores susceptibles de poder extraer consecuencias clínicas.
Es el práctico quien tiene que saber en todo momento cuál
es el nudo suelto y la posibilidad de nuevo anudamiento de suplencia o la
reparación por el “sinthome”
Para diferentes anudamientos, "diferentes
clases de arreglos o de rearreglos de R. de S. y de I."
De lado del paciente:
-
El cuarto nudo puede ser producido por el neurótico.
-
El sinthome como anudamiento (cuarto nudo …producido por Joyce)
- La salida paranoica con la metáfora delirante sustituta de la metáfora del Nombre-del-Padre faltante. Esta contrucción delirante permite dominar al goce.
Del lado del analista:
-
El corte que produce la interpretación o la escansión.
-
La posibilidad de metaforizar en la dirección de la cura del analista con
su acto.
-
El acto interpretativo como injerto.
-
Conceptos claves como:
La mujer. Ya que si el sujeto
sabe de su papel no se cuestionará con su propia falta: lo que les falta a
todos los hombres, la significación fálica.
- Ciertas tradiciones familiares, profesiones, ideales políticos,
religiosos… vienen a funcionar como pactos del sujeto con su historia y por
tanto estabilizadores.
- Todo lo que posibilite la identificación a su síntoma como respuesta a lo Real.
Sabemos de la dificultad de simbolización para la
psicosis. Hemos comentado el paso del esquema R al esquema I. Ambos se
presentaban como insuficientes para dar cuenta del hecho psicótico. En
definitiva, se pasó de la forclusión del Nombre del Padre por el error en el
anudamiento y la posterior caída de lo simbólico.
Algunos pacientes sufrían el estallido del brote mientras
que otros se estabilizaban en largos períodos de tiempo.
Lacan había observado la contingencia de los síntomas en
la psicosis, es decir, la compensación de ciertos psicóticos durante largos
períodos de tiempo, incluso la ausencia de síntomas manifiestos (Joyce)
En El Síntoma (1975)[12]
quiere diferenciar fenómenos y estructura. Así neologismos, delirios,
alucinación, pensamiento adelantado, voces… no siempre eran presentes en la
estructura psicótica, pero sí eran signos de ella.
Si bien estaba presente la forclusión de un significante, podría notar la
estabilización gracias a lo que llamó “Sinthome”[13] (la
escritura en Joyce). Un síntoma que estabiliza, que compensa, que repara en la
psicosis, mientras que molesta en la neurosis.
La suplencia es realizada por esta actividad que ejerce el papel del Nombre-del-Padre y que estabiliza al sujeto.
Podemos observar que el error de anudamiento entre lo Real
y lo Simbólico viene a sumarse a la de la figura (Borromeo 4), hacen que no
caiga el aro Simbólico y apreciamos un encadenamiento tipo olímpico.
Borromeo 5[13]
El cuarto nudo. Reparador del error. Nombre-del-Padre.
Sabemos de la presencia de la función paterna y su ausencia (forclusión) en la neurosis y la psicosis respectivamente. El nudo borromeo puede dar luz a ambos temas en especial la suplencia en la psicosis.
Borromeo 6
Síntoma Σ,
anudamiento en cuatro. Nombre del Padre.
Lo simbólico se refuerza con la
suma S+ Σ
“El cuarto elemento, es lo que el síntoma realiza, en tanto que hace
círculo con el inconsciente (…) una nueva suerte de sujeto”[15]
Lo que el sujeto hace es identificarse con su síntoma
como respuesta a lo Real. Por tanto el síntoma es una suplencia… que funciona.
El síntoma negocia entre el goce y el sentido. Así ocurre en el delirio que es un intento de domesticación de ese goce autista. Sentido diferente del síntoma en la neurosis y en la psicosis.
Lacan restituye la personalidad
paranoica como distinto del síntoma en la cadena de cuatro:
“Es precisamente
en esto en lo que consiste el síntoma –no en tanto personalidad-, sino en tanto
que en relación a los otros tres anillos (consistencias: R, S, y I), se
especifica por ser síntoma y neurótico”[16]
Un ejemplo de estabilización (Joyce)
"¿Joyce era loco?
Una cuestión que a muchos sorprende, ya que no hay sintomatología (sí
estructura). Bien, esta es la pregunta desde donde arranca Lacan. Para
contestar a ello analiza algunos aspectos de su vida:
-
Califica a
su escritura "de enigma llevada a la potencia de la escritura"
"al punto que termina por romper, disolver el lenguaje mismo".
-
Lleva las
cosas más lejos al presentar esa parte de su nombre “Joi” como cercana a goce "ese goce es la única cosa de su
texto que podamos atrapar. Ahí es su síntoma"
-
Pero es respecto de su escritura que él espera ser reconocido por los
siglos de los siglos. El renombre. La relación con su padre. Escribe con su
estilo único, una relación especial con el significante.
-
Él y su
Padre: “Joyce tiene un síntoma que parte de que su padre era carente,
radicalmente carente (...) es de ese querer un nombre que Joyce ha hecho la
compensación de la carencia paternal"; "El deseo de joyce de ser un
artista que ocuparía todo el mundo (...) ¿no es exactamente el compensatorio
del hecho que su padre nunca fue para él un padre? No hay ahí como una
compensación de esta demisión paternal de esta Verwerfung de hecho que en eso
que Joyce se sintió imperiosamente llamado (...) a valorizar el nombre que le
es propio a costa del padre? Es a ese nombre que el quiso que se haya rendido
homenaje que él mismo rechazo a quienquiera"
Para Lacan testimonian la carencia parental los
siguientes hechos:
-
El episodio
de la paliza y esa idea de escape de lo imaginario.
- Su
creencia en la heroicidad "Ese pobre diablo se ha concebido como un
héroe", donde "piensa que de artista es el único, que ahí, es
singular".
-
Su
creencia mística, el hecho de creerse supuestamente redentor.
- La
creencia en los dones telepáticos de su hija, que no fueron otra cosa que la
peregrinación a todos los especialistas de la época debido a la locura de
Lucía.
-
Las "epifanías" de Joyce. Momentos de éxtasis que indicaban una relación
entre lo Real y lo Simbólico anudados y quedar desligado lo Imaginario.
-
El considerar a la mujer (Nora) como un síntoma
del hombre: "no hay relación que si hay síntoma”.”Ella no sirve
absolutamente de nada”
El
defecto de anudamiento de Joice viene centrado en lo Imaginario, que con su
escritura llega a ser compensado (sinthome)
y le libra de la psicosis. Una psicosis asintomática. Esto viene a afirmar que
la función paterna está en la neurosis y falta en la psicosis y gracias a los
anudamientos observamos que hay síntoma
en la neurosis y es suplencia en la psicosis.
Con
él nos dice que el sinthome está para
reparar, compensar la falta.
Es con Joyce que Lacan articula
la topología con la clínica. Un
fragmento clínico donde se plasma es el hecho de una paliza que recibe Joyce
por parte de su padre, que hace sienta una especie de desplazamiento de su
propio cuerpo,… que se aleja como una piel. Clara expresión de un deslizamiento
de lo Imaginario por la falta de anudamiento. Vemos aparecer el ego como síntoma, como anudamiento extra
compensador.
“alguna
cosa que solamente pide irse, que tiene que dejar como un pellejo": el episodio de la golpiza recibida o de "una
cierta potencia quitándola de este enojo súbitamente tejido, tan fácilmente que
una fruta se deshace de su piel
tierna y madura" y de las manos doloridas que "se quejaban
como si no fuesen de él y que de ellas hubiera tenido piedad". Lacan
observa que esa deflación narcisista, esta "forma de dejar caer del
cuerpo propio es totalmente sospechoso para un análisis" y lo devuelve
a un defecto del anudamiento de lo Imaginario.
Este “ego” hace referencia a
esa particular forma de usar el lenguaje, forma que a primera vista no es
sintomática, pero que en un análisis más profundo sirve de nexo entre lo
Simbólico y lo Real, sujetando lo Imaginario.
Borromeo 8
Otro ejemplo: El caso Dick de Melanie Klein.
Recordemos que es un caso
publicado hacia 1930 titulado “La
importancia del símbolo en el desarrollo del yo” y al que se refiere Lacan
en su Seminario 1. Los escritos técnicos de Freud (1953)
Dick tiene 4 años, es un niño sin
ansiedad neurótica, indiferente a la realidad, no responde, está ausente al
Otro…
Lacan opina que R, S e I están presentes en Dick. Se trata de que gracias al trabajo
simbólico de M. Klein los otros dos
registros puedan operar.
El problema está en el efecto de
lo Imaginario y lo Simbólico sobre lo Real.
Aquello que le falta está
registrado en la elaboración teórica basada en el Estadio del Espejo. En cómo
se unifican las flores (partes) con el jarrón (cuerpo) y se constituye una
imagen por la intersección del espejo plano (Otro).
Falta esta conjunción que realiza
el Otro.
Al no haber identificaciones, no
hay angustia. Es la presencia del Otro y su acto la que posibilita la caía del
objeto (a)
M. Klein trabaja ese simbólico:
El “tren papá” y la “estación mamá”. Introduce ese cuarto
nudo (Complejo de Edipo) que posibilite el nacimiento del niño al significante.
BIBLIOGRAFÍA
- J.A.Miller.
Matemas 1. Suplemento topológico a "De
una cuestión preliminar". (1.987)
- El Analiticón 4 "Clínica
psicoanalítica de las psicosis" (con un texto de J. Lacan sobre la
paranoia y contribuciones clínicas sobre la psicosis)
- García, Germán: “¿Joyce
estaba loco?”, en revista Conceptual Nº 9, publicación de
- Jacques Alain Miller y otros. La
psicosis ordinaria. Ed. Paidós. Buenos Aires, 2.003
- Jacques Alain Miller. La última
enseñanza de Lacan, en Freudiana 35, 2.002
- Klein M., La importancia
de la formación de símbolos en el desarrollo del yo, (1930) Obras Completas.
- Lacan
J., "Posición del inconsciente" Ecrits II, Siglo XXI.
- Lacan J., Semionario XXIII, El
Sinthome, Paidos. 2006. Este seminario está precedido por un apéndice que
incluye la conferencia "Joyce el
síntoma", pronunciada por Lacan en la apertura del V Simposio
Internacional James Joyce, y las notas y comentarios del seminario realizados
por Jacques Aubert y Jacques-Alain Miller.
- Lacan,
J. El seminario XX: Aún, cap.VII: “Una
carta de almor”. Ed. Paidós, Buenos Aires, 1981.
- Lacan,
J. El seminario XXIII: El sinthome, ed. Paidós, Buenos Aires, 2006.
- Soler, Colette. Estudios sobre la psicosis,
1er. apartado “Clínica de las psicosis”.
Ediciones Manantial, 1991.
[1] Skriabine, P. “La clínica del nudo borromeo”, en Locura: clínica y suplencia, Eolia-Dor, Madrid, 1994. http://www.scribd.com/doc/7279681/4Clinica-Nudo-Borromeo
[2]
Lacan, J., Seminarios XI, XIV y XX, “
[3] Lacan, J., Seminario III, Las psicosis. Pág. 23.
[4] LACAN, J., “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”. En: Escritos 2, Siglo XXI, Buenos Aires, 1995.
[5]
Lacan, J., “De una cuestión preliminar a
todo tratamiento posible de la psicosis”. Escritos 2, Ed. Siglo XXI, pág.256.
[6]
Lacan, J.,Seminario XIX “…Ou Pire” Inédito. Clase 9 de Febrero de 1972.
[7]
Lacan, J., De una cuestión preliminar a todo posible tratamiento de la psicosis…
o.c.
[8] Dr. Jean-Claude Maurice Dijon-Vasseur en Monografias.com[7]
[9]
Lacan, J., R.S.I., Ornicar? París, Navarin, p. 97 y 103.
[10] Artículo de Pierre Skriabine, (La
clínica del nudo borromeo), de 1989. Se analizan elementos extraídos
de los seminarios anteriores y posteriores de "El Sínthoma".
[11] Lacan, J., Los
no incautos yerran. Seminario XXI (1973-1974)
[12]
Seminario XXIII de Lacan, “El Sinthome”
[13]
Neologismo del francés “Symptôme”, síntoma, homofónico con “saint home” e
incluso con “Saint Tomas”
[14] García,
Aurelio,
Psicoanálisis y psicosis, Editorial Síntesis, 2001,
[15]
Lacan, J.,Conferences et entretiens dans
des universités Nord-Américaines” Scilicet nº 6/7, París. Seuil, 1970, pgs.
40 y 58.
[16]
Lacan, J., Seminario XIII, en Ornicar? Nº 7, p. 7
No hay comentarios:
Publicar un comentario